Les ‘majors’ i les sales de projecció dels Estats Units veten l’ús d’ulleres connectades i altres dispositius portables

Los infractores se pueden enfrentar a penas de hasta 3 años de prisión por grabar películas ilegalmente

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LA VANGUARDIA. 31/10/2014

Un asistente a una de las conferencias del Mobile World Congress en Barcelona en febrero pasado Bloomberg/ Á. Navarrete

Recompensa (reward): 500 dólares. Para ganar ese dinero (396 euros) sólo hay que denunciar a alguien que esté en el cine grabando una película. Es una de las medidas contra la piratería que las grandes distribuidoras cinematográficas (majors) tienen vigentes en las salas de Estados Unidos. A la prohibición de teléfonos y todo tipo de cámaras se acaban de añadir las gafas y otros tipos de dispositivos para llevar encima que puedan filmar, con lo que se incluyen incluso algunos relojes. La asociación en la que se agrupan las grandes distribuidoras (MPAA) acordó el miércoles con la agrupación de salas de cine (NATO), modificar su ya exhaustiva reglamentación contra la piratería para incluir una nueva categoría en la que, sin decirlo, piensan en un dispositivo en concreto: las Google Glass.

La nueva reglamentación por la que se regirán las salas de cine establece que “todos los teléfonos deben estar silenciados y los otros dispositivos de grabación, incluida la tecnología vestible (wearable), deben ser apagados y guardados durante la proyección”. Entre las actuaciones para evitar que se usen, se incluye la posibilidad de examinar bolsos y chaquetas.

Quienes sean cazados mientras infringen la normativa serán obligados a abandonar la sala. Pero además los propietarios de las salas de cine tienen la instrucción de avisar a las autoridades si detectan que se está grabando una película durante una proyección. El infractor se puede enfrentar a una pena de hasta tres años de prisión según la ley federal, pero además 41 estados tienen leyes específicas contra la grabación en las salas.

Las Google Glass se pueden comprar ya por un precio de 1.500 dólares (unos 1.190 euros), pero su comercialización definitiva no ha sido puesta en marcha por Google.

Las gafas son capaces de añadir imagen sobre la visión de una persona al proyectar en la retina del ojo derecho una pantalla. Las Google Glass pueden tomar fotografías y vídeos simplemente con una orden verbal.

La nueva regulación de las salas de cine americanas se refieren a los wearables de una forma genérica porque al posible lanzamiento de las gafas de Google podrían salirle otros. Samsung ya ha anunciado que prepara unas gafas del mismo tipo.

El primer lugar del mundo en el que fueron prohibidas las Google Glass fue el bar 5 Point Café de la ciudad de Seattle, poco después de ser presentadas, en marzo del 2013. El establecimiento alegó que no quería que sus clientes se preocuparan por la privacidad. A esta prohibición le siguieron las de los casinos de Las Vegas, que quieren evitar a los jugadores que tratan de obtener ventaja con la observación minuciosa de las jugadas. Entre los lugares prohibidos figura incluso un local de striptease.

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