El futuro es holográfico
La investigación científica de esta tecnología explota con aplicaciones revolucionarias
El País, ÁNGEL LUIS SUCASAS 26 OCT 2014 –
“Ayúdame Obi Wan Kenobi, eres mi única esperanza”. No era la actriz Carrie Fisher repitiendo una de tantas citas legendarias de La guerra de las galaxias. Era una estudiante del MIT, vestida de princesa Leia, demostrando que transmitir en vídeo un holograma, uno de los sueños de siempre de la ciencia ficción, era ya una realidad. La cruz de la moneda que, tres años después de la experiencia, “aún recibe correos de fans. Y no le gusta. No quiere que la conozcan como la princesa Leia porque está haciendo cosas mucho más interesantes”, revela su profesor, Michael Bove (Missouri, 1960), líder de un equipo de investigación en el Media Lab del MIT.
Más allá de la anécdota, la tecnología holográfica vive un momento dulce. Aplicaciones para la salud prometen simplificar el diagnóstico médico con dispositivos no mayores que la yema de un pulgar. En el mundo de la informática, estas esculturas de luz pueden llegar a multiplicar en un lustro la cantidad de memoria disponible en los ordenadores. En China, la compañía Takee Technology le ganó la partida al futuro móvil de Amazon mostrando un smartphone capaz de crear estas imágenes en 3D. Microsoft y Skype investigan cómo revolucionar la videoconferencia con holografías de los interlocutores. Y hace un par de semanas, Apple patentó un dispositivo para poder tocar e interactuar con estas imágenes.
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Las imágenes estáticas holográficas ya son posibles. Pero esas ilusiones tridimensionales e interactivas que ha recreado Hollywood en superproducciones como Prometheuso Iron Man aún tienen mucho trecho por delante. El Media Lab del MIT es puntero en conseguir video holográfico. En 2011, conseguir plasmar muy rudimentariamente a una falsa Princesa Leia. Ahora han llegado a proyectar en el espacio a una resolución aún baja: 640×480 píxeles.
“Para que un holograma se mueva, para tener vídeo en alta definición, necesitamos hacer los píxeles mucho más pequeños. Tan pequeños como para meter unos 2.000 en un milímetro cuadrado”, explica Michael Bove, director de un grupo de investigación en el Media. Y hay otros desafíos: “Nuestras pantallas de momento son como las de las teles antiguas, cajas. Estamos refinando la tecnología para conseguir que sean planas”.
Pero el equipo de Bove ya ha conseguido vislumbrar ese futuro: “Mis estudiantes han logrado ya hologramas para una pantalla del tamaño equivalente a un smartphone. De ahí a una televisión holográfica que usar en casa queda mucho. Tal vez unos 10 años para que podamos ver las primeras aplicaciones comerciales”. Pero por mucho que prometa la tecnología, el sueño de ver a Leia flotando en el aire desde cualquier ángulo aún no está resuelto. Porque todo holograma conocido se proyecta desde una pantalla. Es decir, que Leia, vista desde el lugar equivocado, sería solo una voz suplicando: “Ayúdame Obi-Wan Kenobi, eres mi última esperanza”.